viernes, 28 de noviembre de 2008

Como emergen las economías emergentes.

Un país con una economía emergente es considerado como tal, cuando siendo una economía en vías de desarrollo, se muestra ante la comunidad internacional con aumentos en sus índices en función de su nivel de producción industrial y sus exportaciones, pudiendo así competir con economías más estables y prosperas que la propia. América Latina esta llena de economías en vías de desarrollo, sin embargo destaca el caso particular de Brasil, que junto a China e India esta catalogado como una de las economías emergentes más importantes a nivel mundial con miras a consolidarse en un futuro no muy lejano como una de las nuevas potencias económicas mundiales.

Teniendo tantos ejemplos de economías en vías de desarrollo y teniendo ejemplos de economías emergentes tan buenos como el de India o el de Brasil, se presenta casi imposible no buscar caracterizar ambas etapas de la economía de un país para, en la medida de lo posible, esbozar las características y pasos en común para lograr pasar de una etapa a la otra, es decir poner la sobre marcha en busca de ese anhelado desarrollo económico.

Las economías en vías de desarrollo, y principalmente las economías latinoamericanas, muestran las siguientes características en común:
• El sector primario es el principal productor.
• Utilizan tecnologías poco vanguardistas.
• Altas tasas de desempleo, pobreza y analfabetización.
• Bajo PIB per capita
• Altos índices de inflación.
• Tendencia negativa de la balanza de pagos.
• Alta dependencia de economías externas.
• Bajos niveles de crecimiento del PIB.
• Carencia de autofinanciamiento interno.
• Alta tasa de exportación de productos primarios con poco valor agregado propio de procesos productivos.
• Índices altos de deuda interna y externa.
• Deficiente administración de los recursos nacionales así como fragilidad de las instituciones, y poca claridad y estandarización en la aplicación de las leyes para la inversión interna y externa.

Una vez obtenido de forma puntual ciertas características que deben de ser cambiadas, como las anteriormente planteadas, se demuestra que los planes económicos con miras a reactivar y desarrollar la economía de un país en vías de desarrollo debe de ser un plan sistémico orientado a todos los sectores del acontecer nacional con estrategias claras y compartidas por todos los involucrados. Ahora bien aunque tanto Brasil como India son considerados economías emergentes, ambas se encuentran en los primeros diez (10) lugares a nivel mundial, por lo que no parece descabellado pensar que podrían desafiar a las superpotencias. Estas potencias emergentes aunque coinciden en su vocación multilateralista y en sus problemas, son distintas: sus modelos demuestran que no hay un camino único hacia el desarrollo; India enseña que democracia y libre mercado pueden combinarse en un país en vías de desarrollo cuya economía, que no es exportadora, es más fuerte que la mayor economía mas cercana, la economía china, aunque los subsidios son un obstáculo a la reforma; Brasil también tiene dos caras, posee los recursos para convertirse en un líder a nivel mundial y propone un sistema basado en la ONU, pero el déficit de sus políticas de redistribución es su punto débil.

Caracterizando un poco ambos países, los dos convergen en unos planes económicos con gran cantidad de gasto público, acompañado con estímulos a los sectores privados y principalmente a la gran industria para elevar los niveles productivos y controlar la inflación, propia de un gasto publico elevado. Para caracterizar, y describiendo mejor ambos modelos, se puede mencionar los cinco (5) puntos principales que tienen en común sus planes económicos:

Impulso de la economía mixta, se delimitaron de forma bien clara las áreas de acción del estado y las áreas netamente privadas, las industrias básicas, infraestructura y utilidades y servicios públicos estarían dentro del apartado publico mientras que la producción de bienes de consumo y servicios recaería netamente en los sectores privados, logrando una mejora en los procesos producto de la especialización.

Generación de confianza interior, los planes de gobiernos se basaban en adquirir la menor deuda externa posible, y mantener unos controles de protección a la industria interna mediante medidas arancelarias y no arancelarias que hicieran atractivo producir en el país y no importar hacia el país.

Complementariedad de las industrias grandes y pequeñas, se tomaron medidas para proteger y estimular las pequeñas industrias de generación de bienes de capital, estimulando la coexistencia con las grandes empresas y propulsando el desarrollo de la pequeña industria.

Incorporación del modelo de la demanda, una vez con la economía relativamente en un crecimiento sostenido y estable, se incluyo el modelo de la demanda para evitar las acumulaciones de capital y propiciar su circulación entre las masas.

Redireccionamiento del gasto publico a planes de carácter social, una vez conseguido el crecimiento sostenido se enfocaron en los sectores pobres a los cuales, por múltiples razones, no les llego la distribución de riqueza y el aumento del PIB de cada país, mediante grandes planes en salud, educación y afines.

Teniendo como base estas dos naciones, podemos extraer que la principal acción a tomar para reactivar economías es el aumento en el gasto público, pero con miras en reactivar el aparato productivo con una distribución de recursos por prioridades, es decir, aumentar el dinero circulante a la par que se aumenta la oferta de bienes y servicios de consumo mediante el apoyo a los sectores privados, logrando así evitar el peor de los males que trae consigo el aumento del gasto publico, la inflación, dado que el aumento de liquides viene acompañado con un aumento igual o superior de la cantidad de bienes de consumo presentes en el mercado, o dicho en palabras económicas la oferta aumenta tanto o más de lo que aumenta la demanda. En una segunda etapa se procede al estimulo de las industrias pesadas o productoras de bienes de capital, que son las verdaderas generadoras de empleos y que influyen en gran medida en los indicadores tales como el PIB, estos estímulos vienen dados por prestamos gubernamentales a tasa preferenciales, preferencias fiscales y políticas de protección en los primeros años, o en sus años de consolidación en el mercado, logrando a la par una diversificación del mercado y reduciendo la dependencia a sectores puntuales de la economía. Una propuesta muy personal, es la creación de incentivos arancelarios y crediticios basados en el desempeño y cumplimiento de metas; el contrato básico del ejecutivo con las empresas privadas estaría enmarcado en prestamos a tasas preferenciales y exoneraciones arancelarias, siempre y cuando cumplan con metas de producción y empleo, de igual forma si la empresa beneficiada sobre pasa alguna de las metas en un porcentaje estipulado con anterioridad, recibiría nuevos incentivos. Dicho de otra manera, a una empresa “X” se le brinda un crédito al 10% anual pagadero a 15 años, y una exoneración del 50% del ISR, siempre y cuando emplee a 1.000 personas y produzca 2.500 unidades anuales del producto “A”; Si al término del primer año, la empresa en cuestión produjo 5.000 unidades del producto “A” y empleo para tal fin a 1.750 personas, la tasa de interés de su crédito se pudiera ver reducida al 8,5% y la exoneración del impuesto aumentado al 65% del ISR.

Luego de establecidas dichas empresas pesadas, aumentado el mercado de bienes de consumo a la par con el gasto publico, se procede a una apertura al comercio exterior de forma paulatina, mediante la eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias para desarrollar y estimular la competitividad de las empresas nacionales en los mercados globalizados, y evitar que se acostumbren al padrinazgo del gobierno, logrando de igual forma un aumento en sus niveles de productividad y estándares de calidad, propios de mercados globalizados.

Evidentemente son planes de 15 a 20 años, pero que con buena planificación, marcándose plazo cortos de tiempo (5 años) para cada etapa, se puede lograr llevar a cabo y con resultados tangibles en espacios cortos de tiempo.

Actualmente los mercados globales se muestran propicios para las economías emergentes, entrando en el tercer año de la recuperación después de un periodo de debilidad económica 2001-03, donde los principales bancos centrales del mundo (la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón) se encuentran en un proceso de reducción del masivo estímulo monetario realizado luego de la fuerte caída del mercado de activos a comienzos de esta década, aunque a un ritmo ciertamente discreto y en un contexto donde la inflación en las principales economías mundiales luce relativamente controlada. Después de los constantes choques y tensiones que sufrió la economía mundial en el periodo comprendido entre 2001 y 2003 como los ataques terroristas a las principales ciudades del mundo, la crisis del sector automotor, los efectos climáticos que afectaron Asía, las preocupaciones de la inclusión de Turquía en la Comunidad Europea, entre otros hechos, las economías emergentes deben de aprovechar este nuevo renacer, y mientras las grandes potencias se reestablecen y reequilibran, las nuevas economías deben tomar el mercado que otros dejaron, crear mercados nuevos y pelear en ese reequilibrio.

Este artículo no es más que el modesto punto de vista de un ingeniero que tuvo la osadía de meterse en el campo de los economistas, internacionalistas y politólogos, pero es que la política es muy importante como para dejársela a los políticos y mucho más cuando esa política afecta el bolsillo.

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